sábado, 22 de junio de 2013

El asedio de don Nuño Álvarez Pereira a la Villa de Cáceres


Don Nuño Álvarez, (litografía por Charles Legrand)

Las murallas de la Villa de Cáceres han sufrido a lo largo de la historia numerosos ataques: romanos, árabes, cristianos y gentes de otros reinos intentaron asaltar sus muros, pero estas recias y altivas murallas y torres cacereñas sólo sucumbieron ante los más grandes guerreros.

Unos de esos intentos de tomar la Villa ocurrió en el siglo XIV, en aquella época se produzco la llamada crisis portuguesa, que duró desde el año 1.383 hasta el año 1.385. Fueron unos años convulsos provocados por la muerte sin descendencia directa del rey de Portugal don Fernando I.

El reino de Portugal se dividió en dos facciones, los que apoyaban al rey de Castilla Juan I que estaba casado con la única hija del soberano portugués, Beatriz de Portugal, que pretendía unificar los dos reinos bajo su persona; y los que apoyaban al portugués don Juan de Avis, medio hermano del fallecido monarca y Maestre de la Orden de Avis, que pretendía seguir manteniendo la independencia del reino.

Don Juan I de Castilla.                  Don Juan de Avis.

Durante aquellos años habrá numerosas incursiones por parte de ambos reinos en territorios enemigos, con la intención de ir anexionándose ciudades y apoyos para sus propios intereses.

El primer enfrentamiento bélico se produzco en el año 1.384, en la batalla de Atoleiros, en donde las tropas portuguesas en número inferior a las tropas castellanas, vencieron gracias a la gran maniobra táctica empleada por el capitán portugués Nuño Álvarez Pereira, que tras ganar esta batalla es nombrado Condestable de Portugal por Juan de Avis.
Desde aquella batalla las incursiones van a ser continuas, balaceando la victoria hacia uno u otro bando.
 
Disposición de las tropas en la batalla de Atoleiros (F.I.)

En el año 1.397, en represalia a una incursión llevada a cabo en tierras lusas por el ejercito castellano al mando del Maestre de Santiago, don Lorenzo Suarez de Figueroa, el Condestable don Nuño Álvarez Pereira manda reunir en la ciudad portuguesa de Villaviciosa a un ejército de caballeros y capitanes, con 700 lanceros y 7.000 soldados de a pie. Allí tras pasar revista a sus tropas y arengarlas con un discurso patriótico, al toque de trompeta se encaminan a cruzar la frontera castellana, su misión: la toma de la Villa de Cáceres.

A su paso el ejercito portugués va arrasando villas, aldeas y castillos desde la ribera del Tajo hasta su llega a los muros de la villa de Cáceres. Saquean, queman y destruyen todo cuanto pueden, el ganado y los alimentos son confiscados y los hombres en edad lucha apresados, el terror asola la comarca.

Se apodera de Alburquerque, de Aliseda que andaban en feria cuando fueron atacados y poco o nada pudieron hacer sus pobladores, quedó Aliseda tan destruida y asolada (sólo cinco casas se salvaron de la quema), que hasta 1426 con la ayuda del Concejo de Cáceres no pudo volver a prosperar. 
 
Batalla de Aljubarrota (F.I.)

La voz de alarma recorría los caminos, los habitantes de las aldeas y las villas al tener noticias de la llegada del ejército portugués, huyen en busca de refugio hacia los castillos y recintos amurallados más próximos, abandonando sus casas, ganados y sus exiguas pertenecías.

El ejército portugués se halla ya cerca de su objetivo principal, está atacando los Castillos de las Seguras y Los Mogollones que son parcialmente derruidos. Llega la noche, y tras tres días de marcha, el contingente luso acampa en los alrededores de los castillos atacados.

Mientras la Villa de Cáceres enterada de la llegada del ejercito, organiza sus defensas, al mando está Vasco Porcallo, buen guerrero y conocedor de Juan de Avis, pues este portugués asentado hacia unos años en Cáceres, había sido Comendador Mayor de la Orden de Avis, pero había tenido que huir de Portugal temiendo por su vida debido a las conjuras conspirativas urdidas por Leonor Téllez de Meneses, esposa del fallecido rey Fernando I de Portugal, pasándose a las ordenes del rey de Castilla.

Escudo heráldico de Porcallo.(F.I.)

Sin tiempo de reponer las fuerzas, al amanecer del día siguiente las tropas lusas al mando del Condestable Nuño Álvarez Pereira, emprenden el camino hacia las murallas cacereñas. En su trayecto toman Arroyo del Puerco (actual Arroyo de la Luz) y acampan en los arrabales de las murallas cacereñas, los habitantes de los pueblos cercanos huyen raudos a refugiarse tras la cerca almohade de Cáceres, pero no todos lo consiguen, desde lo alto de sus murallas los cacereños ven como las avanzadillas portuguesas hacen prisioneros aquellos rezagados aldeanos.

La rabia ante el maltrato que recibían aquellos vecinos que eran apresados, enardecía los ánimos de los soldados cacereños, que inferior en número y en armas pero con coraje y valentía abandonaban el interior de la plaza haciendo frente a los caballeros portugueses ocasionándoles graves pérdidas, protegiendo así a los aldeanos hasta una zona segura a tiro de arco de los arqueros cacereños.

El Concejo reunido con Vasco Porcallo, deciden que aquel maltrato de a los indefenso aldeanos debe parar, para ello piden voluntarios entre los caballeros, para ir al encuentro del capitán portugués y pactar un trato digno, muchos dan un paso adelante mas sólo unos pocos son los elegidos.

Muralla y torre de Los Pozos, Cáceres.

Al caer el día, por unas de las puertas de la Villa, la denominada puerta de Mérida, diez caballeros salen a caballo ocultos tras la noche, su misión llegar hasta el capitán portugués. Al acercarse al campamento son apresados y piden hablar con el Condestable don Nuño Álvarez Pereira, y a su presencia son conducidos.

“¿Cómo habéis podido llegar hasta aquí sin permiso de parlamento?” –Habló don Nuño.-

  “Señor, caballeros somos y a vuestra caballerosidad apelamos.” –Respondió el portavoz de los caballeros.-

“Decidme pues, ¿qué deseáis de mi?”

“Conocer a tan ilustre capitán y pedirle que mal tratados no sean los prisioneros y sobre todos las mujeres, pues aldeanos son y no soldados.”

“Así se hará, y mi promesa tenéis. Mas ahora, ¿queréis cenar en mi mesa, pues de todo tenemos?- Dijo don Nuño.-

“Agradecidos estamos, pero lo único que deseamos es paso libre hasta nuestra Villa.” –Respondiese el caballero.-

“Partid pues e id con Dios.”

Y los caballeros abandonaron el campamento dirección a la villa.
 
Los días pasaban, y día tras día el posicionado ejército portugués atacaba las murallas de Cáceres, todos los intentos de asalto resultaron inútiles, la inexpugnable murallas permanecía en pié, y sus habitantes aguantaban estoicamente, sin viso alguno de flaqueza, hambruna y sed.
 
Muralla y torre de la Yerba, Cáceres

Al no poder tomar la plaza de Cáceres, la desilusión y el fracaso empezaban a hacer mella en las tropas lusas y temeroso también de que fueran ellos sitiados por las fuerzas castellanas que avisadas estaban en camino, ordenó quemar y arrasar los arrabales cacereños, así como saquear el ganado de todos los alrededores. Frustrados sus intentos de conquista de la Villa, don Nuño Álvarez Pereira levanta el campamento y manda marchar de vuelta hacia Portugal, no sin antes escuchar desde los adarves de la muralla la jocosa y despectiva frase que los cacereños le repetían alegremente recordándole su fracaso:

“Nam vos valeo nada voso madrugar, Nuno Madruga.” 

En el año 1.411 Portugal y Castilla firman la paz mediante el tratado de Ayllón. 

En 1.422 don Nuño Álvarez Pereira abandona la carrera militar y entra a vivir al Convento de Nuestra Señora del Carmen de Lisboa que el mismo mandó construir, se desprende de todos sus bienes repartiéndolos una parte a sus herederos y otra entre los pobres y huérfanos, igualmente dona sus tierras a quienes la cultivaban y a monasterios. Fue canonizado por Benedicto XVI en 2009 y conocido desde entonces como San Nuno de Santa María.

Más leyendas son y así te las he contado, gracias y hasta la próxima.


Escrito por: Jesús Sierra Bolaños

Fuentes Consultadas:
-          “Castillos, torres y casas fuertes.” Publio Hurtado.
-          “Castillos de Extremadura: Tierra de conquistadores.” Gervasio Velo y Nieto.
-          “Ayuntamiento y familias Cacerenses.” Publio Hurtado

4 comentarios:

  1. Muy interesante jesus, desde luego hijo haces una gran labor. sigue así. besos.

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  2. mmm pero el es el personaje de fernando el temerario el tarido que queria matar al rey ? necisto una respuesta inmediata por favor

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